LAS
ABERRACIONES DE LA SANTA INQUISICIÓN
Roberto
S. Contreras Esparza
Palacio de Medicina, ex Palacio de la Inquisición |
Uno
de los pasajes más desagradables, barbaros e injusto (además de la invasión
española) que marcaron con su paso la historia de nuestro país, sin duda alguna
lo constituye el oscurantismo que provoco el Santo Oficio a su llegada al
llamado Nuevo Mundo. Sobre ellos se ha escrito y tratado mucho, y no deja de
sorprendernos e impresionarnos como se alcanzo tales proporciones de barbarie y
la fuerza unilateral que tenia la iglesia en esos tiempos. En esta
investigación, les presentamos como se dio el inicio del Santo Oficio en
México, pero también es el pretexto para mostrarle en fotografías lugares
importantes relacionadas con esa orden religiosa, sitios que por fortuna aun
podemos ver y conocer en el Centro Historio del Distrito Federal donde se
suscito esta etapa obscura de la otrora Nueva España. Conozcamos en fotos
actuales, algo de esos lugares que son el único testimonio mudo de toda esa
brutalidad religiosa, miedo e injusticias con que se vivía en esos años después
de la caída de la gran Tenochtitlán.
LLEGA LA SANTA INQUISICIÓN A MÉXICO
El
escudo de la Inquisición... “Exurge Domine, iudicam causam tuam"
(Levántate, Señor, y juzga tu causa)
|
Fue
el Concilio de Tolosa, para acabar de destruir la herejía maniquea (referente al nombre que recibe la
religión universalista fundada por el sabio persa Mani), heredada
de Persia, y que dio lugar a la creación de los llamados “inquisidores de la
fe” en 1229, que daría lugar después al llamado Tribunal del Santo Oficio, cuya
función fue destruir cualquier signo que fuera contra la religión católica,
llegando a convertirse en una de las “policías” más crueles y severas de
cuantas han existido. España extendió el nombramiento de inquisidor de todas
las tierras descubiertas y a descubrir a don Pedro de Córdoba. Tres años después
de consumada la Conquista de la Nueva España, fray Martín de Valencia,
franciscano evangelizador, fue nombrado por Pedro de Córdoba comisario de la
Inquisición en México. Aunque los franciscanos no tenían ni bula ni permiso
para ejercer ese oficio que era y había sido siempre privilegio exclusivo de
los dominicos (la orden Dominica siempre fue asociado con la Santa
Inquisición). Ese primer inquisidor ejerció suavemente el empleo, hasta que a
la muerte de Córdoba, llegó de España fray Vicente de Santa María, un dominico.
ZUMÁRRAGA EL INQUISIDOR
En
1535 el inquisidor general de España y arzobispo de Toledo, Alfonso Manrique,
expidió el título de inquisidor apostólico al primer obispo de México, Juan de
Zumárraga. Aunque este no creyó prudente establecer aún la Inquisición en
México, cometió el tremendo error de formar proceso a un indio, señor principal
de Texcoco, bautizado ya con el nombre de Carlos y nieto de Netzahualcóyotl, a
quien acusó de seguir sacrificando víctimas a sus dioses. El inquisidor apostólico
lo mandó a quemar vivo en la plaza pública el 30 de noviembre de 1539 para
convertirlo en la primera víctima del Santo Oficio en la Nueva España.
Zumárraga recibió regaño y castigo porque en las disposiciones reales y las
reglas del Santo Oficio, se estipulaba que no se podían ejercer rigor ni pena
contra los cristianos nuevos de la raza india.
PEDRO MOYA DE CONTRERAS LLEGA A MÉXICO
Al
establecerse el Tribunal de la Santa Inquisición en la Nueva España, don Pedro
Moya de Contreras asumió el cargo de inquisidor general y ya como inquisidor
mayor estableció en México el Tribunal de la Fe, este año, se considera
oficialmente, como el del establecimiento del Santo Oficio en México. Fray
Tomás de Torquemada, pariente de Juan de Torquemada (el ilustre fraile que se
ocupó de la historia indiana de México), fue uno de los más crueles
inquisidores de España, fue él quien desarrolló las reglas más crueles y
estrictas para el Santo Oficio, reglas que se siguieron al pie de la letra en
México. No todos los autos de fe eran públicos ni necesariamente concluían con
la ejecución del reo, los había secretos que se realizaban en los recintos de
las iglesias o en las celdas de la Inquisición.
LAS ACCIONES DEL SANTO OFICIO
Dos
años después de haberse instituido el Tribunal de la Inquisición, los indígenas
fueron excluidos de la acción de dicho Tribunal. La estrecha relación entre la
Iglesia y el Estado permitió que la Inquisición persiguiera los movimientos de
carácter político, como el de Independencia. La Santa Inquisición tenía también
la facultad de inspeccionar los libros que llegaban a la Nueva España y
decomisar los que consideraba que podían ejercer mala influencia para la
población, dictaminando su prohibición. Entre sus disposiciones estaba que el
secreto de los testigos fuera inviolable, que se adoptara el tormento y la
confiscación de bienes, que en un corto período de gracia los acusados se
denunciaran a sí mismos y abjurar de sus errores (Renunciar públicamente a una creencia,
especialmente de tipo religioso), que se recibieran las
denuncias de padres contra hijos y de hijos contra padres y que se permitiera
la separación del derecho común y del orden de proceder en todos los tribunales
conocidos.
PENAS Y CASTIGOS
Luis
González Obregón (cronista e historiador mexicano) calcula que se pronunciaron
51 sentencias de muerte en los 235 o 242 años en los que funcionó en México el
Santo Oficio, pero esto se maneja como una conjetura, pero hay quienes
sostienen que la Inquisición no quemó a nadie en tierras mexicanas. Sin
embargo, es muy probable que todos se equivoquen o que el más aproximado en sus
cálculos sea González Obregón. El Santo Oficio también aplicaba otro tipo de
penas menores como someter al acusado a vergüenza pública, por ejemplo: Se le
hacía portar el “sambenito”, una especie de saco bendecido por un sacerdote,
que debía traer puesto a donde fuera, por un tiempo determinado. Otra era
recibir azotes en medio de la calle para que todo mundo lo viera. A las mujeres
no les aterraban tanto los azotes como quedar desnudas de la cintura para
arriba y ser expuestas ante el pueblo. Unos eran castigados con el destierro
temporal o perpetuo. Se les imponían multas o trabajar en las galeras de la
flota española. Entre los delitos figuraban no sólo el renegar de Dios, de sus
santos y la virgen, sino también el concubinato, la fornicación y la sodomía.
En todos los procesos era común la incautación de los bienes del acusado, que
se usaban para los gastos del juicio. Los sacerdotes decían a sus feligreses:
“Si conocen a una persona que no come carne de cerdo, que comete bigamia, que
hace actos de brujería, es su obligación, para descargar su conciencia,
denunciarlo”. Y la gente lo hacía. Los castigos en la Nueva España solo
aplicaban para los españoles, criollos, mestizos, mulatos y negros, así como a
extranjeros que difundían doctrinas como el calvinismo, el protestantismo y el
judaísmo o alguna otra, y no a los indígenas.
SEGUÍAN
ADORANDO A SUS DIOSES EN SECRETO
En
1570, Felipe II expidió un decreto donde dictaminaba que el Tribunal de la
Inquisición no juzgara a los indios porque recién habían sido evangelizados. Si
cometían alguna falta, solo recibían azotes o debían servir por algún tiempo en
alguna iglesia o convento. En el caso específico de las personas que profesaban
otra religión, el Santo Oficio ordenaba que abandonaran el país o se
convirtieran al catolicismo. Muchos aceptaban e incluso algunos lo hacían
sinceramente, pero otros solo lo aparentaban y en secreto, practicaban sus
creencias y pero si eran descubiertos, eran enviados a la hoguera.
El PALACIO SEDE DE LA INQUISICIÓN
Durante
la Colonia al edificio de la Inquisición estuvo ubicado en en lo que es ahora
las actuales calles de República de Brasil y República de Venezuela, en el
Centro Histórico de la ciudad de México, también se le llamó la “casa de la
esquina chata”. El Patio de los Naranjos era el de las prisiones y estas celdas
medían, por lo general, 16 pasos de largo y 10 de ancho, contaban con dos
puertas de un grosor bastante importante, un agujero con rejas dobles donde
entraba escasamente la luz y una tarima de azulejos que hacía las veces de
cama. Una vez suprimido el Tribunal del Santo Oficio en 1820, el inmueble tuvo
diversos usos, hasta que se destinó a la Escuela de Medicina de la Universidad.
Actualmente alberga al Museo de la Medicina Mexicana, al Departamento de
Historia y Filosofía de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
MUERE EL SANTO OFICIO
No
hay una fecha exacta sobre cuándo se abolió el Tribunal de la Inquisición en la
Nueva España, pues varias veces fue suprimido y luego restaurado, pero las
cortes generales y extraordinarias que decretaron en España la abolición de la
Inquisición, sesionaron el 8 de diciembre de 1812, y el decreto se pronunció en
México en 1813, sin embargo quedó definitivamente abolida hasta 1820.
LEYES HECHAS POR EL HOMBRE PARA LASTIMAR
AL HOMBRE
Esto
fue mas o menos a grandes rasgos algo de lo que fue el Santo Oficio en Mèxico,
especialmente en la capital. Sabemos que cada estado tenia a sus inquisidores y
de ello hay mucha historia para conocer, para indagar. Por ejemplo lo que
investigamos y presentamos en el colonial poblado de Taxco de Alarcon con la
llamada “La Maldita Piedra de las Estacadas” con su vergonzosa historia (http://cparanormal.blogspot.mx/2013/12/la-piedra-maldita-de-las-estacadas.html),
y algo mas en el articulo sobre los “Instrumentos de Tortura”, objetos elaborados
para ocasionar el mayor sufrimiento posible. De esta forma, le mostramos algo
de esa historia “negra” que se vivió a la llegada de los hispanos y aunque ya
paso, no deja de sorprendernos todo lo que se ha hecho en nombre de la religión
e ignorancia y poca sensatez. Y con esto no queremos decir que las creencias
son malas, no, simplemente, el hombre es quien pone las reglas y a veces es
maligno y perverso.
La Santa Inquisición en la Nueva España |
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