lunes, 30 de enero de 2023

FRAGMENTOS DEL MÉXICO PREHISPÁNICO

REGISTROS DE UN PASADO GRANDIOSO

Roberto S. Contreras Esparza

A la caída de la gran Tenochtitlan los templos y pirámides quedaron destruidos, sus piedras fueron reutilizadas y con ellas levantaron iglesias, casonas, palacios y otras construcciones que muchas aún podemos apreciar en varias áreas de nuestra gran ciudad capital y por todo el país.

Estas piedras talladas, también llamadas “piezas sueltas” quedaron a la vista de todos, pero dispersas entre las construcciones. Por fortuna aún podemos buscarlas, encontrarlas y contemplarlas, pues son el legado silencioso de nuestro gran pasado, he aquí algunos ejemplos:

LA CABEZA DE SERPIENTE GIGANTE 

Una de estas piezas y muy conocida se encuentra en pleno Mágico Centro Histórico y es muy citada en varios medios. Está ubicada en la calle de Mesones esquina con Pino Suárez, en lo que fue, el Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya y en la actualidad da lugar al Museo de la Ciudad de México, ahí se puede ver un vestigio de la grandeza mexica, la “Cabeza de una Serpiente”. Esta gran piedra sirve de cimiento y está en la esquina de tal y colonial edificación. La colosal roca es muestra de cómo la cultura Azteca sirvió de base para lo que fue la Nueva España.

UN JAGUAR EN EL CENTRO HISTÓRICO

También en el Cetro Histórico hay un tipo de dintel con forma de un gato, ocelote o jaguar. Esta en una esquina muy cerca de la Avenida Circunvalación en el área de la Merced. Ahí incrustada en la parte alta de una casona, está la interesante cabeza felina, que fue tallada en una piedra basáltica, colocada justo sobre el margen donde convergen las esquinas de dos fachadas, que forman las calles de Callejón de San Marcos, antiguamente llamado Callejón de Pachecos y Emiliano Zapata otrora, Calle de los 7 Príncipes. La escultura representa la cabeza de un felino con gran realismo, las fauces están semi abiertas mostrando los colmillos. Tiene un golpe, una fractura en el lado derecho. Encima de esta cabeza de un posible Jaguar, hay una cruz de argamasa que fue colocada ahí para acompañar a esta singular fiera. 

UN LEÓN LA MARCA DE UNA GRAN INUNDACIÓN

En el año de 1725, lo que era la Nueva España, que fue construida de los cimientos de la Gran Tenochtitlán, sufrió una de las inundaciones más grandes que afecto la vida cotidiana de todos los que habitaban en el primer cuadro. El agua subió casi 2 metros del nivel de suelo debido a la ineficacia de los sistemas de desagüe de aquellos tiempos y a la furia del dios Tlaloc con sus intensas lluvias. Para conmemorar ese desagradable capitulo, en las calles de Madero, antes de San Francisco, esquina con Motolinía podemos admirar esta Cabeza de León, que la mayoría de las personas pasan desapercibidas sin notarlo. La pequeña cabeza marca el nivel de la inundación quedando como una marca conmemorativa, y está acompañada por un posible escudo o “Chimalli” que se encuentra incrustado en la esquina de enfrente y que, en su centro tiene grabada la fecha de la gran inundación.

UN DIOS INCRUSTADO EN UNA IGLESIA

A un costado de la iglesia de la Asunción en Amecameca, Estado de México, esta incrustada una pieza muy especial, una iconografía labrada en piedra que contiene varias imágenes muy interesantes. En la parte superior hay dos formas, tipo escuadras invertidas y entrelazadas, tal vez el símbolo Mariano, abajo hay una extraña corona invertida y a los lados, dos águilas sosteniendo en sus garras una serpiente y pareciera que esta posada en nopales, la otra águila, no se distingue con claridad.

Lo más curioso e interesante del glifo, es que tiene una pequeña escultura humanoide negra de tipo prehispánico, en medio de las águilas. Todo esto envuelto en un halo que en su parte superior contiene una cruz. Se llego a especular sobre el parecido de la figura principal a las estatuas de la Isla de Pascua.

En investigaciones posteriores, averiguamos que este tipo de piedras empotradas en edificaciones con cierta importancia era una costumbre indígena que colocaron en algunas construcciones del Virreinato y por lo regular se trataba de alguna deidad antigua como Xipe Tótec.

EXTRAÑO PERSONAJE EN LA VILLA DE GUADALUPE

En la Villa de Guadalupe en el Tepeyac, entre toda su extraordinaria y milagrosa historia, también podemos encontrar en esa área, una de estas rarezas, una pieza suelta que posiblemente data de los tiempos cuando ocurrió el milagro Guadalupano. Se trata de una piedra tallada antropomorfa, pero que lleva orejas como felino y se cubre la cara con sus manos.

Sobre esta piedra empotrada en una barda del Tepeyac, no hay información referente y se especula que podría tratarse de un chaman ataviado con atuendo felino en éxtasis o realizando algún tipo de ritual y que perteneció a una construcción precolombina de esa zona milagrosa.

Estas son solo unas cuantas piezas especiales, que para el que gusta de la historia, el que busca estas rarezas y símbolos de nuestro fantástico pasado, pueda visitarlas, contemplarla y comentarlas, tomarle fotos y disfrutarlas e imaginar su origen, de cómo llegaron hasta ahí y que después de tantos años por fortuna aún podemos apreciar. Seguramente hay más y mucho nos gustaría conocerlas.