SAN JUDAS TADEO EL SANTO QUE NO ES DE AHÍ
Por Roberto S. Contreras Esparza
Ahí entre
la Avenida Hidalgo y Reforma se encuentra una iglesia muy especial, tanto por
su historia, el significado y lo que representa. Por circunstancias ajenas a
nosotros, al revisar su pasado nos percatamos que esa área ha sido seleccionada
para que ahí trasciendan hechos especiales. En la actualidad es la iglesia
conocida como de San Judas Tadeo, donde a cada momento y especialmente los días
28 de cada mes, llegan miles de personas en busca de un portento que los pueda
ayudar a sanar o corregir las más diversas y particulares enfermedades y demás
dolencias que tanto nos afectan. Esta iglesia vive su clímax el 28 de octubre,
día de su festividad. Ese día, se cierra la avenida y en los alrededores
abundan los puestos de lo más variado en comida, antojitos, figuras religiosas,
veladoras, milagros, rosario y demás artículos para recibir al peregrino, al
que busca una solución a su mal o solo al que prometió estar ahí ese día
especial. Un lugar mágico y místico, pero antes de seguir describiéndoles sobre
lo que ahí ocurre, conozcamos, la interesante historia y el porqué esa área
tiene un extraño y atrayente poder.
AHÍ CAYERON LOS ESPAÑOLES
La
construcción del actual Templo de San Hipólito y San Casiano, inició en el año
de 1599 y fue edificado sobre los cimientos de la antigua ermita llamada de los
Mártires. En época prehispánica, la gran Tenochtitlán era una ciudad muy
próspera, su riqueza se reflejaba en su arquitectura y en su trazo, del centro
partían tres calzadas, la más importante era la Calzada a Tlacopan (Av.
Hidalgo, Puente de Alvarado, San Cosme y México Tacuba). En esta Calzada
ocurrieron hechos significativos en la Conquista de México Tenochtitlán. En el
mes de julio de 1520 en el sitio en donde hoy se encuentra el Templo, los
españoles fueron derrotados por los aztecas, a este hecho se le conoce como 1a batalla
de la Noche Triste.
SE DESCUBRE SU HUIDA
Se dice
que los españoles iniciaron el ataque a la ciudad y los mexicas respondieron
incendiando el recinto donde estaban los hispanos. Cortés al ver que estaban
vencidos dio la orden de retirada para huir por la noche. Mientras llovía, los
españoles abandonaron la ciudad llevándose consigo tesoros muy vistosos.
Comenzaron a avanzar sobre la calzada y cuando creyeron estar a salvo, se
cuenta, que una mujer mexica los descubrió y grito. La desesperación y la
avaricia de los españoles fue la perdición de los mismos, ya que al verse
rodeados por los mexicas, no pudieron cruzar el canal por el borde por lo que
decidieron lanzarse a él. Pronto el poso se llenó de cuerpos, caballos, tesoros
y sólo algunos se salvaron.
ESTABA DEDICADA A SAN HIPÓLITO Y SAN CASIANO
Días
después, Hernán Cortés, el 13 de agosto día de San Hipólito conquista
Tenochtitlán, por lo que decide construir sobre la calzada “La Ermita de los Mártires”,
para depositar en ella los restos de los españoles que cayeron abatidos ante la
furia Mexica, esa memorable noche, la de la Noche Triste. Años más tarde en
1581, las autoridades de la Nueva España dan orden de construir en la Ermita,
un templo para conmemorar la caída del Imperio Mexica y la fundación de la
Nueva España. El templo fue terminado en 1740 y desde entonces fue dedicado a
San Hipólito y San Casiano, a los cuales se les nombró como Patronos de la muy
noble y muy leal Ciudad de México. Tiempo después y desde su inauguración en
1740 hasta mediados del siglo XIX, el colonial Templo estuvo a cargo de los
Padres Paulinos y después del clero diocesano. El 8 de enero de 1892, el
Arzobispo Antonio Labastida y Dávalos entregó el Templo de San Hipólito y San
Casiano a los Misioneros Claretianos. El Templo fue entregado en muy malas
condiciones por lo que pronto gestionaron los permisos ante las autoridades
eclesiásticas para iniciar los trabajos de restauración y así poderlo abrir de
nuevo al culto. Fue magnífico el trabajo que realizaron, pues según consta el
periódico de aquélla época, La Voz de México: “San
Hipólito... se ha convertido en una iglesia bellísima”. El
13 de agosto de 1893, el Templo de San Hipólito fue reabierto al culto.
LLEGA SAN JUDAS TADEO A SAN HIPÓLITO
Durante
el siglo XX el Templo continúa en funciones, pero por causa del Movimiento
Revolucionario cierran sus puertas, y debido al enfrentamiento que se suscitó
durante la Decena Trágica, la cúpula y sus vitrales se dañaron seriamente. En
1919 San Hipólito reabre sus puertas. A finales de los años sesentas y a
consecuencia a la construcción del Sistema de Trasporte Colectivo el Metro, la
asistencia de fieles al Templo se redujo drásticamente. Durante los trabajos de
nivelación realizados en 1974, se ubicaron lo que quedaba de los restos de los conquistadores
que perdieron la vida en la llamada Noche Triste, y depositados en lo que
actualmente es la capilla donde se venera la Imagen del Sagrado Corazón de
Jesús. En 1982 la imagen de San Judas Tadeo fue colocada en el Altar Mayor, con
el transcurso del tiempo la veneración de la gente hacia San Judas Tadeo fue
cada vez más intensa, llegando, en la actualidad, a ser el segundo culto mas
importante en México después del de la Virgen de Guadalupe.
PARA LOS AMANTES DE LOS DETALLES Y LA ARQUITECTURA
El
Templo sin retablos y con un sólo campanario, tiene un estilo clasista, tiene
una sola nave con brazos en cruz latina y está cubierta por dos bóvedas de
casquete esférico. Al sur está el bajo coro y el coro, ambos con bóvedas de
lunetos. Toda la construcción es de piedra de tezontle, de cal y canto. La
fachada consta de tres cuerpos o pisos. El inferior con el acceso o puerta
principal, es un arco con un par de nichos y columnas. En el segundo está San
Hipólito al centro, labrado de cantera, a los costados de la figura central
están San Antonio Abad y San Antonio de Padua. El tercer cuerpo tiene un vitral
del siglo XX y sobre éste una escultura de San José y el niño Jesús. Al centro
y para cerrar en la fachada el Escudo Real. Dos torres decoradas con adornos de
ajaraca en color, en las cuales se puede apreciar el empeño dispuesto en su
construcción, Una cornisa de estilo clásico. En el atrio de la capilla se
erigió un monumento de piedra esculpida donde está plasmada la interesante y
misteriosa leyenda del Labrador, representada por un indio trasportado por un
águila, y a sus pies, sus instrumentos bélicos, un tipo de trofeo en tiempos
prehispánicos. Ya para 1941, se restaura el retablo mayor con mármol, que es el
que actualmente se observa.
BUSCANDO UN MILAGRO CON UN SANTO QUE NO ES DE AHÍ
En la
actualidad, la gente sigue acudiendo ahí, atraídas por el magnetismo místico de
ese lugar mágico e histórico. Muchos en buscando un milagro, de ese prodigio
que calme sus penas, tal vez como única esperanza llegan a un sitio que se ha
convertido en un santuario y que cada día 28 llenan el área tratando de ver la
imagen de un santo que no es de ahí, pero eso es lo de menos para las personas
acomodadas, para el pueblo, para el que no tiene, que sin tomar en cuenta las
clases sociales llegan de muchos rincones del Distrito Federal y de zonas más
lejanas... Ahora al averiguar un poco más sobre este sitio, nos podemos dar
cuenta de todo ese acervo histórico y religioso que está depositado ahí y
esperando que para cuando lo visite, sea consciente de la historia que aun
tenemos y apreciemos más este lugar místico, un lugar erigido para los Santos
Casiano y San Hipólito y que ahora pertenece a San Judas Tadeo, el Santo de las
causas perdidas.
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