martes, 9 de julio de 2024
OVNIS… ELLOS NO SE ESTRELLAN
lunes, 30 de enero de 2023
FRAGMENTOS DEL MÉXICO PREHISPÁNICO
REGISTROS
DE UN PASADO GRANDIOSO
Roberto
S. Contreras Esparza
A la
caída de la gran Tenochtitlan los templos y pirámides quedaron destruidos, sus
piedras fueron reutilizadas y con ellas levantaron iglesias, casonas, palacios
y otras construcciones que muchas aún podemos apreciar en varias áreas de
nuestra gran ciudad capital y por todo el país.
Estas piedras talladas, también llamadas “piezas sueltas” quedaron a la vista de todos, pero dispersas entre las construcciones. Por fortuna aún podemos buscarlas, encontrarlas y contemplarlas, pues son el legado silencioso de nuestro gran pasado, he aquí algunos ejemplos:
LA CABEZA DE SERPIENTE GIGANTE
Una de estas piezas y muy conocida se encuentra en pleno Mágico Centro Histórico y es muy citada en varios medios. Está ubicada en la calle de Mesones esquina con Pino Suárez, en lo que fue, el Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya y en la actualidad da lugar al Museo de la Ciudad de México, ahí se puede ver un vestigio de la grandeza mexica, la “Cabeza de una Serpiente”. Esta gran piedra sirve de cimiento y está en la esquina de tal y colonial edificación. La colosal roca es muestra de cómo la cultura Azteca sirvió de base para lo que fue la Nueva España.
UN JAGUAR EN EL CENTRO HISTÓRICO
También en el Cetro Histórico hay un tipo de dintel con forma de un gato, ocelote o jaguar. Esta en una esquina muy cerca de la Avenida Circunvalación en el área de la Merced. Ahí incrustada en la parte alta de una casona, está la interesante cabeza felina, que fue tallada en una piedra basáltica, colocada justo sobre el margen donde convergen las esquinas de dos fachadas, que forman las calles de Callejón de San Marcos, antiguamente llamado Callejón de Pachecos y Emiliano Zapata otrora, Calle de los 7 Príncipes. La escultura representa la cabeza de un felino con gran realismo, las fauces están semi abiertas mostrando los colmillos. Tiene un golpe, una fractura en el lado derecho. Encima de esta cabeza de un posible Jaguar, hay una cruz de argamasa que fue colocada ahí para acompañar a esta singular fiera.
UN LEÓN LA MARCA DE UNA GRAN INUNDACIÓN
En el año de 1725, lo que era la Nueva España, que fue construida de los cimientos de la Gran Tenochtitlán, sufrió una de las inundaciones más grandes que afecto la vida cotidiana de todos los que habitaban en el primer cuadro. El agua subió casi 2 metros del nivel de suelo debido a la ineficacia de los sistemas de desagüe de aquellos tiempos y a la furia del dios Tlaloc con sus intensas lluvias. Para conmemorar ese desagradable capitulo, en las calles de Madero, antes de San Francisco, esquina con Motolinía podemos admirar esta Cabeza de León, que la mayoría de las personas pasan desapercibidas sin notarlo. La pequeña cabeza marca el nivel de la inundación quedando como una marca conmemorativa, y está acompañada por un posible escudo o “Chimalli” que se encuentra incrustado en la esquina de enfrente y que, en su centro tiene grabada la fecha de la gran inundación.
UN DIOS INCRUSTADO EN UNA IGLESIA
A un costado de la iglesia de la Asunción en Amecameca, Estado de México, esta incrustada una pieza muy especial, una iconografía labrada en piedra que contiene varias imágenes muy interesantes. En la parte superior hay dos formas, tipo escuadras invertidas y entrelazadas, tal vez el símbolo Mariano, abajo hay una extraña corona invertida y a los lados, dos águilas sosteniendo en sus garras una serpiente y pareciera que esta posada en nopales, la otra águila, no se distingue con claridad.
Lo más curioso e interesante del glifo, es que tiene una pequeña escultura humanoide negra de tipo prehispánico, en medio de las águilas. Todo esto envuelto en un halo que en su parte superior contiene una cruz. Se llego a especular sobre el parecido de la figura principal a las estatuas de la Isla de Pascua.
En investigaciones posteriores, averiguamos que este tipo de piedras empotradas en edificaciones con cierta importancia era una costumbre indígena que colocaron en algunas construcciones del Virreinato y por lo regular se trataba de alguna deidad antigua como Xipe Tótec.
EXTRAÑO PERSONAJE EN LA VILLA DE GUADALUPE
En la Villa de Guadalupe en el Tepeyac, entre toda su extraordinaria y milagrosa historia, también podemos encontrar en esa área, una de estas rarezas, una pieza suelta que posiblemente data de los tiempos cuando ocurrió el milagro Guadalupano. Se trata de una piedra tallada antropomorfa, pero que lleva orejas como felino y se cubre la cara con sus manos.
Sobre esta piedra empotrada en una barda del Tepeyac, no hay información referente y se especula que podría tratarse de un chaman ataviado con atuendo felino en éxtasis o realizando algún tipo de ritual y que perteneció a una construcción precolombina de esa zona milagrosa.
Estas son solo unas cuantas piezas especiales, que para el que gusta de la historia, el que busca estas rarezas y símbolos de nuestro fantástico pasado, pueda visitarlas, contemplarla y comentarlas, tomarle fotos y disfrutarlas e imaginar su origen, de cómo llegaron hasta ahí y que después de tantos años por fortuna aún podemos apreciar. Seguramente hay más y mucho nos gustaría conocerlas.
domingo, 21 de agosto de 2022
TLATELOLCO PRECOLOMBINO
LA
GRAN CIUDAD DE CUAUHTEMOCTZIN
Roberto S. Contreras Esparza
Uno de los lugares más importantes que tenemos en la Ciudad de México y que todo aquel que gusta de la historia y de nuestro esplendoroso pasado prehispánico debe de conocer, es sin duda alguna “La Plaza de las Tres Culturas” en Tlatelolco, un lugar relevante ya que fue una de las ciudades que llego a rivalizar con la Gran Tenochtitlan y sitio clave cuando se produjo la invasión española. Sobre ello y algo de su historia, aquí les presentamos, para que se dé una idea de la grandeza de lo que fue México-Tlatelolco:
EL TIANGUIS MÁS IMPORTANTE DE MESOAMÉRICA
El origen y fundación de la Ciudad de México Tlatelolco se dio en 1337, trece años más tarde que México Tenochtitlán. Sus fundadores fueron nobles disidentes del resto de los mexicas que decidieron fundar una ciudad en los islotes al norte Tenochtitlán. Tlatelolco de acuerdo a los estudiosos significa: “Terraza o montón de tierra redondeado”. Estaba situada en un islote al norte de Tenochtitlan, dentro del lago de Texcoco. Allí se encontraba el tianguis más importante de Mesoamérica, donde se comercializaba todo tipo de mercancías locales y de las zonas más apartadas. La subsistencia de los tlatelolcas se basó, en un principio, en la cacería y la pesca, cuyos productos comercializaban. Además explotaban la sal de tequesquite. Fueron vasallos de Azcapotzalco, de cuyo linaje recibieron en 1352 a su primer soberano, Cuacuauhpitzáhuac. Cuando muere Cuacuauhpitzáhuac en 1409 lo sucede su hijo Tlacateotzin, quien al principio no se alía con Tenochtitlán y Texcoco en la guerra contra Azcapotzalco de la cual surge la Triple Alianza tras la derrota de Maxtla.
GUERRA ENTRE TLATELOLCO Y TENOCHTITLAN
Con el cambio de poderes políticos los tlatelolcas se unieron a la triple alianza, de forma que crearon su propio gobierno encabezado por Quauhtlatouatzin. A su vez embellecieron su ciudad con la construcción de un templo mayor, el cual presidía una gran plaza donde se desarrollaba la actividad comercial de la ciudad y por la cual fue famosa. Quauhtlatouatzin murió en 1467 siendo el último soberano del linaje Tepaneca. Después de su muerte es sucedido por Moquíhuix, pariente político del Huei Tlahtoani tenochca Moctezuma Ilhuicamina, quien al morir dejó como Tlahtoani a Axayacatzin, el cual era cuñado y rival de Moquíhuix. Debido a esta combinación y a la supremacía que mostraba Tlatelolco sobre el comercio empezaron a surgir problemas entre ambas ciudades, siendo la violación de mujeres tlatelolcas por jóvenes tenochcas el detonante de la guerra. En esta guerra el número de tenochcas fue determinante, por lo que lograron conquistar la ciudad y hacerse del comercio que manejaba Tlatelolco.
SU TIANGUIS MODELO PROTOTIPO DE MERCADO
Como forma de venganza el templo mayor de Tlatelolco fue destruido y llenado de basura, impidiendo reanudar de nuevo el culto en él. Así mismo, la plaza se convirtió de un mercado o tianguis temporal a uno permanente y el más importante del Imperio Mexica. Después de la guerra, las relaciones entre los dos pueblos fueron cordiales de tal forma que los invasores españoles no observaron diferencias o rencores entre ellas. El gran tianguis de Tlatelolco ha sido considerado el modelo prototipo de mercado en Mesoamérica, puesto que concentraba un elevado número de usuarios y ponía a disposición de los compradores una variedad compleja de productos y servicios. Su carácter confuso y cosmopolita ha opacado la investigación de los numerosos mercados que coexistían con el de Tenochtitlan como el de Cholula en Puebla, el de Azcapotzalco conocido por vender esclavos, Xalapa en Veracruz, o el de Xicalango, Coixtlahuaca y otros en Oaxaca.
AHÍ SE REPARABAN JOYAS DE ORO, PLATA, LATÓN Y COBRE
Con el paso del tiempo Tlatelolco se convirtió en la gran ciudad mercado en la cuenca y en el mayor centro de comercio de la cultura mexica. En su momento de auge estuvo integrada por veinte calpullis o barrios que correspondía a un grupo familiar o clan, entre los que destacaban y han permanecido hasta nuestros días, entre ellos se encuentran Acozac, Tepiton, Nonohualco, Xolalpan, Atezcapan, Tecualtitlan. En este mercado las transacciones comerciales se hacían mediante el trueque. Se podía intercambiar producto por producto, o bien, cuando se trataba de productos de gran valor se cambiaban por cacao, oro en polvo, hachuelas de cobre y algunas telas que servían de moneda. Los pochtecas (comerciantes o vendedores) tenían sus propias leyes jurídicas y comerciales y contaban con tribunales específicos en donde resolvían sus diferencias. Para mantener el control del mercado, el gobernante del tianguis mantenía el orden de los puestos de acuerdo a los productos que se comercializaban. Por un lado estaban vendedores de animales como conejos, liebres, venados, tortugas o tejones; otros vendían aves de plumas coloridas como papagayos, águilas, halcones, quetzales; y vendedores de serpientes y aves de rapiña. También se comercializaban piedras labradas y sin labrar, había artesanos que reparaban joyas de oro, plata, latón y cobre; vendedores de productos herbolarios y hierbas medicinales.
CUAUHTEMOCTZIN XOCOYOTL TLACATECUTL
Es durante el asedio final a la ciudad de México que se hacen de nuevo notar. Tras la muerte por viruela del Tlatoani Cuitláhuac le sucede Cuauhtemoctzin Xocoyotl Tlacatecutli, hijo de Ahuízotl y una noble tlatelolca de nombre Tiyacapatzin, hija de Moquíhuix. Esta elección fue un intento de los tenochcas por evitar una revuelta entre los tlatelolcas. En esta lucha los tlatelolcas se distinguieron al evitar el avance de las columnas de españoles e indígenas aliados que querían llegar por la calzada de Tlacolpan y la del Tepeyac. Es solo cuando cae la Gran Tenochtitlan a mediados de junio de 1521 que se vuelven a notar los rencores entre ambos pueblos, ya que los tlatelolcas tildan de cobardes y débiles a los tenochcas ante la caída de su ciudad. En el combate que sigue los tenochcas logran cercar al mismo Hernán Cortes quien se libra por la lucha que darían por el español Antonio Quiñones y el tlaxcalteca Teacamatzin. El gran número de tlatelolcas y tenochcas permite defender la ciudad de Tlatelolco, pero caen su mercado y sus almacenes mientras sus defensores se retiran a lo que sería hoy el barrio de Tepito, donde reciben negociaciones de los españoles. Sin embargo, se niegan a sus propuestas de rendición y continúan la lucha. En estos combates queman la casa de Cuauhtémoc en lo que sería hoy la Iglesia de Santa Ana, los combates cesaron el 13 de agosto de 1521, al ser capturado el Huei Tlatoanic Cuauhtémoc. Éste junto a su familia es llevado a la casa de un noble tlatelolca llamado Atzacoatzin (en el barrio de Tepito) donde se encuentra con Cortés y le pide que lo mate.
DESCENDENCIA AZTECA Y TEPANECA
Se cree que Tlatelolco fue un lugar de asimilación y mezcla de diferentes culturas y comunidades que encontraron ahí un lugar de residencia que brindaba estabilidad política, económica, militar y comercial. En general los habitantes de Tlatelolco derivan de diferentes dinastías mexicas. Para entender de mejor manera quienes residían en Tlatelolco, hay que mirar a la clase aristócrata. Según los registros históricos, los príncipes de la ciudad de Tlatelolco se decían descendientes de la casa real de los tepanecas, así como de los príncipes aztecas de Colhuacan y parece que tuvieron el predominio político durante la coexistencia de Tlatelolco y Tenochtitlan, hasta que Tlatelolco perdió su independencia en 1473. Otra evidencia indica, que la casa real tenochca estuvo principalmente vinculada con las casas reales de Colhuacan y Tula; la de Tlatelolco lo estuvo con la casa real de Azcapotzalco, capital del pueblo tepaneca, cuyo soberano de entonces era el legendario Tezozomoc. Hasta 1428, tenochcas y tlatelolcas fueron tributarios de los tepanecas de Azcapotzalco, si bien a raíz de esa fecha, y poco más de un siglo después de la fundación de Tenochtitlan y Tlatelolco, la situación política en el centro de México dio un giro repentino. Tlatelolco se dividía en diecinueve barrios.
EL TEMPLO DE SANTIAGO SOBRE UN ANTIGUOS TEOCALLI
Originalmente se sabe que las exploraciones realizadas en Tlatelolco, fueron con la finalidad de enviar a España, la muestra del Centenario de la Independencia de México, a instancia de Porfirio Díaz. En 1900 se llevó a cabo una serie de excavaciones para la construcción de un drenaje que corría desde la antigua calle de Santa Anita y dentro de los linderos del barrio de Santiago Tlatelolco, hasta el canal de La Viga. Cruzaba hacia el sur por las calles de Brasil, doblando hacia el oriente por la calle de “Las Escalerillas”. De la antigua ciudad solo quedan los restos de algunos edificios que constituyen lo que actualmente se conoce como zona arqueológica de Tlatelolco. La ciudad fue saqueada y destruida por los invasores peninsulares, quienes usaron las piedras para construir el templo de Santiago sobre los restos de los antiguos teocalli prehispánicos.
TEMPLO DEDICADO A EHÉCATL QUETZALCÓATL
Sin
duda alguna al estar ahí, uno puede ver y sentir su grandeza. Rodeado el lugar
de la modernidad actual con muchas construcciones, a uno se le viene a la
mente, todo eso que había y tal vez aún exista debajo de esos edificios
esperando a que algún, día alguna más de esas edificaciones antiguas puedan ser
recatadas como sucedió recientemente muy cerca de ahí en un centro comercial,
en donde fue encontrada una pirámide circular que se cree estaba dedicada al
dios Ehécatl, una evocación de Quetzalcóatl… Si usted tiene oportunidad, visite
el lugar.